Por comodidad (para ellas), por seguridad (para nosotros) o quién sabe porqué, los fabricantes y las operadoras entregan los móviles sin apenas capacidad de hacerles una modificación. A diferencia de la cultura de apertura que hay en los ordenadores, con los teléfonos de fábrica apenas se puede hacer más de lo que ellos quieran. Sin embargo, no dejan de ser pequeños ordenadores que, con un poco de pericia, se dejan manipular. Pero para eso antes hay que ser root.
Android es un sistema basado en Linux y éste, una derivación de Unix. En este sistema operativo, el root era el superusuario, generalmente alguien de sistemas, que podía modificar el software a su antojo. Eso también se puede hacer en un móvil.
Lo primero que hay que hacer es poner en Google el modelo de móvil junto a la palabra root. Cada terminal o casi tiene su propio sistema. Por suerte, ya hay varias apps que pueden rootear casi todos los Android. Algunos ejemplos son SuperOneClick, Universal Androot o Unlock Root. En la mayoría basta con instalar la aplicación pero en otras hay que dar unos pasos previos, como depurar el USB. Se recomienda leer el tutorial de cada una. En post futuros veremos algunos ejemplos concretos de como rootear.
Ya como root, se podrán instalar y usar aplicaciones especiales o descubrir algunas que esconde el sistema. Más importante, se podrán instalar ROMs para personalizar el sistema y, en definitiva se logra el control del móvil.
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